Boletín No. 9 – Marzo de 2001.
Es una
alegría ponernos nuevamente en contacto con ustedes a través de las páginas de
este boletín. Luego del descanso en el que el Señor ha reparado nuestras
fuerzas y nos ha otorgado la gracia de poder disfrutar de nuestras familias y,
para algunos, contemplar las maravillas de su Creación, retomamos con renovada
disposición esta hermosa misión que Él nos ha encomendado. Queremos continuar
alabándolo y adorándolo con nuestros cantos y estar atentos para acudir allí
donde nos llame.
Ecos de la Navidad
Todavía resuenan en el corazón de Magnificat los ecos del glorioso Año
Jubilar tan rico en gracias y acontecimientos. Así es que también vivimos un
Adviento y una Navidad muy especial junto a nuestras familias y amigos. El 16
de diciembre cantamos en la última Adoración, rezo del Santo Rosario y Misa en
nuestra querida Parroquia San Bernardo. Allí, nuestros hijos contagiados del
gozo de María y los Ángeles a la espera del Niño Jesús, al finalizar la Misa
cantaron llenos de júbilo “Navidad, Navidad”, una canción inspirada para ese
tiempo festivo. Contamos además con la visita de nuestros hermanos AlhElíes que
se quedaron a compartir con nosotros la cena, a la que además se sumaron el P.
Ariel, nuestros queridos colaboradores, Alejandra, Rafael y Lucía, Luis y
nuestros grandes amigos Jimmy Olzewiki (productor del Grupo Magnificat) y Anita
–su esposa-, ya les contaremos más adelante cómo lo conocimos, pues fueron un
regalo del Señor. Y en medio de esta fraternal celebración dimos a conocer lo
que el Señor había puesto hacía un tiempo en nuestro corazón, en el de Jimmy y en el de Enrique Moltoni: la
grabación de nuestro próximo CD que incluirá diferentes himnos a Nuestra Madre
del Cielo y, por supuesto, la canción “María Esperanza del Mundo”
(creemos que así se llamará el CD). Por este motivo les pedimos que intercedan
con vuestras oraciones para que el Señor y la Madre nos acompañen en la
realización de este proyecto. La oración de Uds. ha sido siempre nuestra fuerza
a la hora de realizar nuestra tarea evangelizadora. El Grupo Magnificat está colaborando
estrechamente con nuestros amigos de “María Esperanza del Mundo”, quienes han
“adoptado” varias de nuestras canciones para la musicalización de ese programa
televisivo. Asistimos además a través de la amable invitación que ellos nos
hicieran, a la grabación de un hermoso programa de dos horas que se emitió
durante la Nochebuena. Otra vez los chicos a viva voz alabaron al Rey de la
Gloria que pronto nacería y en torno al Pesebre cantamos y brindamos por la
Natividad de Nuestro Señor Jesucristo. Vaya el agradecimiento de toda la
familia de Magnificat a Enrique Moltoni y la familia de “María Esperanza del
Mundo” por el apoyo, la difusión y el cariño que nos brindan. Sea alabado Dios Padre
por hermanarnos a todos bajo el Manto de María en la tarea evangelizadora.
Testimonios: nuestros hermanos nos escriben...
Abajo
transcribimos un e-mail reciente de Justo Antonio Lofeudo. Muchos de Uds. ya lo
conocen, él fue uno de los pioneros en la difusión del mensaje de la Reina de
la Paz en nuestro país. Realiza una
admirable tarea evangelizadora, desde los “Mensajeros de la Reina de la Paz”, a través de diferentes
medios de comunicación y, sobre todo, de la Adoración Eucarística que cada lunes
realizan en Santo Domingo. Quienes deseen saber más sobre los “Mensajeros” pueden
visitar el sitio: www.MensajerosdelaReinadelaPaz.org (allí Magnificat también tiene una página):
“Saben que
-aunque no tanto ahora- recorrí muchos lugares de Buenos Aires, de las
provincias. Algunos muy alejados, muy chicos, otros no tanto y de vez en cuando
algún santuario o lugar donde se reunían muchas personas para escuchar los
mensajes de nuestra Madre. Lo que no saben es que aún en los lugares más
apartados siempre me encontraba con algún ministerio o grupito musical, nacido
del amor a María, que tocaban las canciones de Magnificat. ¡Ni que hablar de
"Señora de Medjugorje"! Para mí no sólo era un signo de penetración
de la gracia de Dios, a través de María, sino de comunión con Magnificat.
"¡He ahí a tus hermanos!", parecía que me decía nuestra Madre.
Un gran abrazo desde su Corazón. Justo Antonio”
Resulta muy reconfortante y
conmovedor conocer que para Gloria de Dios, aquello que con tanto amor
compartimos, que no es otra cosa que lo que sentimos como inspiraciones del
Espíritu Santo en forma de canciones, pueda llegar hasta hermanos que residen
en lugares tan alejados de Buenos Aires. Loado sea el Señor pues estos son los
frutos de la misión que nos ha transmitido. Si con nuestra pequeña intervención
logramos que un hermano se acerque al Corazón de Jesús y de María, a la Palabra
de Dios y a Su Iglesia, nos llena de dicha saber que cumplimos por Su Misericordia
con lo que teníamos que hacer. Quisiéramos que cada vez sean más los llamados
desde este carisma a imbuirse del espíritu misionero de nuestra Hermana Santa
Teresita de Lisieux, quien con la mayor simplicidad se entregó al Amor de Jesús
hasta el último minuto de su vida en la tierra y luego desde el cielo con la
finalidad de salvar almas. En el Corazón Inmaculado de la Madre, que el lema de
Teresita sea también el de Magnificat: “Amar a Jesús y hacerle amar”.
Tiempo de Cuaresma
Le pedimos a Justo Antonio Lofeudo que
nos hablara de este tiempo tan particular por el que transitaremos como Iglesia
y para el cual debemos tener muy presentes determinados propósitos.
“A partir de este Miércoles de Cenizas
ingresamos al tiempo de preparación de la Pascua. Los 40 días de la Cuaresma es
tiempo litúrgico fuerte –tiempo de purificación- en que la Iglesia nos recuerda
el llamado a la conversión y nos llama a la penitencia, al ayuno, la oración y
las obras de caridad. María Santísima -desde Medjugorje y desde hace 20 años-
nos viene pidiendo lo mismo, una y otra vez. Nos invita, con particular
insistencia, a la conversión, o sea a reconciliarnos con Dios y entre nosotros.
Ese fue el primer mensaje suyo que dirigió al mundo, vinculando la paz con la
conversión del corazón. Y, seguidamente, nos ha propuesto el camino: oración y
ayuno nacidos del amor, reconciliación sacramental, vivir el sacrificio de la
Santa Misa y nutrirnos del Pan Eucarístico y de la Palabra de Dios.
También el tiempo de María, Madre de la Iglesia, es tiempo de preparación: de revisión de
nuestra vida, de testimonio e intercesión por el mundo, de concretos actos de
amor, de despojamiento interior y exterior. Tiempo de preparación a un tiempo
de primavera por venir, primavera del Espíritu, que seguramente ha de ser de
resurrección interior de todos los hombres hoy muertos a Dios.
El pilar de sustentación del
tiempo de preparación, tanto de la Cuaresma como del más amplio de la
misericordia de Dios, es la oración y el ayuno en el amor. A propósito de ello,
decía nuestro P. Slavko que por medio de la oración nos unimos a Dios y por
medio del ayuno desprendemos nuestro corazón de las cosas que nos atan a este
mundo.
Particularmente en la
Cuaresma estamos llamados a meditar la Pasión del Señor. Nuestra Madre, que
desde el inicio de las apariciones nos ha llevado de la mano durante el período
cuaresmal, nos ha dicho: “Queridos hijos, honren las llagas que le fueron
infligidas a mi Hijo, por los pecados de ustedes. Únanse a mis oraciones para que su sufrimiento
le sea aliviado. Renueven la oración delante de la Cruz. Hijos queridos, les
ofrezco gracias particulares y Jesús, desde la Cruz, les da dones especiales.
Tómenlos y vívanlos. Mediten la Pasión de Jesús y únanse en la vida a Jesús.
Vivan la Cuaresma con sus pequeños sacrificios. Vivan también así en adelante y
con amor ayúdenme a ofrecer sacrificios. Dios los
premiará. Esta Cuaresma es para ustedes un especial estímulo para el cambio de
vida. Comiencen desde este momento. Apaguen el televisor y dejen de lado las
varias cosas que para ustedes no son útiles. Los invito a la conversión
individual. Este tiempo es para ustedes.” Este es el tiempo de nuestra victoria contra
el mal porque con el ayuno acompañado de la oración ferviente del corazón
vencemos el poderío del demonio, porque en esta pelea, que llevamos a cabo en
el desierto del mundo, nuestra debilidad, nuestro despojamiento, al revestirse
del poder de Dios se convierte en nuestra fuerza.”
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Los esperamos en los Encuentros de Adoración Eucarística, Rosario
y Santa Misa:
-
San Carlos, Basílica de María Auxiliadora - Hipólito Yrigoyen y Quintino
Bocayuva (Rosario y Adoración)- Primeros domingos de mes, 17 hs.
- San Bernardo -
Gurruchaga 167 - Terceros sábados de mes, 17.30 hs (Rosario, Adoración y Misa).
GRUPO MAGNIFICAT
Los invitamos a visitar la página del
Grupo Magnificat en Internet:
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